El amor es perenne
como la hierba,
como el río que crece,
muere y se crea,
y se está yendo siempre
y siempre queda.
Y resurge unas veces
con nueva fuerza
y después languidece
como si fuera
a escapar y a perderse
por otra senda.
Pero vuelve y se crece
y se conserva,
el amor no se muere
porque, recuerda,
que el amor es perenne
como la hierba.
Como la hierba verde
que aunque parezca
que es la misma de siempre,
siempre se crea,
cada tallo que muere
otro releva.
Como el viento que a veces
trae y se lleva,
que se está yendo siempre
y siempre queda,
de la misma manera
que va y que viene...
¡el amor es perenne
como la hierba!
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