Yo sé que una mañana al despertarme,
tu aliento sentiré junto a la almohada,
tu cuerpo entre mis brazos, tu mirada
con su mágica luz, acariciarme.
Y al verte frente a mí, enamorada,
esperando que todo vas a darme,
me invadirá el temor de despertarme
y verme, como siempre, junto a nada.
Entonces no te extrañe, vida mía,
que yo quiera vivir ese momento
con la emoción que siempre pretendía;
perdóname si loco de contento,
te aprese entre mis brazos todo el día
¡y me deje y te deje sin aliento!
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