sábado

ENFERMO DE MELANCOLIA

Ayer hablé de más,
te confesé que te quería
con un amor vital,
cruel, total, que me dolía...
y hoy al recordar
que no serás ya nunca mía,
reí por no llorar,
enfermo de
melancolía.

Ayer no sé por qué
abrí ante ti toda mi vida,
ayer yo te conté
cosas que nunca debería...
perdón, resulta que
no pude más y te decía
que en ti estaba mi fe
y que sin fe
ya no vivía.

Perdón, te juro que
nunca hablaré como ese día,
lo juro, no pondré
ninguna sombra a tu alegría;
si yo no soy capaz
de amarte así, en la lejanía,
me iré a otro lugar
aún más lejos
de tu vida.

Ayer hablé de más,
el corazón se me salía,
igual que un manantial
brotó la pena, negra y fría;
amor, perdóname,
es que al pensar que no eres mía,
lloré, lloré por mí
enfermo de
melancolía

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