jueves

EL VIGILANTE

Seguiré tus pasos por la arena blanca,
por la orilla blanca seguiré tu huella,
cubriré tu sombra desde la distancia
como ave de presa, como viejo halcón,
y tras de la espuma, y tras de la senda
que la tarde cruza, que la tarde traza,
abriré los brazos para que te vengas
a encender las luces de mi habitación.

A abrir las ventanas de la casa nuestra,
la que edificamos sobre la esperanza,
la que sólo existe cuando tú la sueñas,
la que se levanta si la sueño yo,
a borrar las sombras de la madrugada,
el miedo que tengo, el miedo que tengas,
a abrazarnos fuerte, tan fuerte que nada
separe los cuerpos de nosotros dos.

Seguiré tus pasos por donde tú vayas,
seré el vigilante que lejos pretenda
arropar tu vida con sus alas blancas
como ave de presa, como viejo halcón;
no hallarás mis ojos, la mirada inquieta,
ni hallarás mis manos, presas de distancia,
pero estando lejos estaré tan cerca
que oirás el latido de mi corazón.

Apoya en el viento tu rubia cabeza,
escribe mi nombre en la arena blanca,
no olvides que a solas te abraza y te besa
con el pensamiento, este viejo halcón
que sigue tus pasos por donde tú vayas,
aunque no le encuentres, aunque no aparezca,
que te espera siempre, con toda su alma,
gritando un "te quiero" como una oración

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