miércoles

LA FLOR DE LA EDAD


Mordiendo la flor de la edad
todos morimos a los veinte,
hambrientos de felicidad
con su sabor entre los dientes.

La Tierra gira nada más
para los niños que al crecer
en un destino que al final
nadie sabrá cómo ha de ser.

Con muchos días parecidos
y gestos que nunca se sienten,
frente a un espejo envejecido
por el que las arrugas mienten.

Mordiendo la flor de la edad
todos morimos a los veinte,
de un ideal sin realizar
en una primavera ardiente.

Soñando la flor de la edad
todos morimos a los veinte
con la primera soledad
cuando el primer amor nos miente.

Sin ver sonreír a la tristeza,
sin oír al pájaro gemir,
veinte años, para la belleza,
el resto va para morir.

Somos fantasmas nada más
que van pasando con los años,
unas caretas sin piedad
con las que nos hacemos daño.

Mordiendo la flor de la edad
todos morimos a los veinte,
hambrientos de felicidad
con su sabor entre los dientes...

hambrientos de felicidad
con su sabor entre los dientes...

Mordiendo la flor de la edad
todos morimos a los veinte,
hambrientos de felicidad
con su sabor entre los dientes...

hambrientos de felicidad
con su sabor entre los dientes...

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