El tren
de la estación
salió,
no te miraba.
Llovió,
qué triste fue
mi adiós
de madrugada.
Yo vi
en la estación
a ti
sin decir nada,
se fue
cuánto soñé,
¡qué fue
de mi llegada!
Es que no llovía,
el sol calentaba,
estaban las flores abiertas a mí,
las chicas reían,
el vino alegraba,
el alma en las manos entonces sentí.
Y así te encontraba,
qué fácil hablarte,
qué fácil tenerte riendo ante mí,
y me ilusionaba,
y me enamoraba,
pensaba al besarte vivir para ti.
Mas cual pompa de jabón
se rompió lo que no fue
mas que una vana ilusión...
Mas cual pompa de jabón
se rompió lo que no fue
mas que una vana ilusión...
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