Quién no ha sentido la impresión
de ser la carne del cañón,
el que ha perdido tanto que
ya nada tiene que perder,
quién no ha sentido necesidad
de esconderse y llorar...
Mamá no cierres la puerta
por si algún día me ves volver
cansado, roto y sin fuerza
a refugiarme en la niñez...
Mamá no cierres la puerta
por si algún día me ves volver
cansado, roto y sin fuerza
a refugiarme en tu vejez.
Quién no ha buscado alguna vez
aquellos brazos del ayer,
donde sin miedo desahogar
todo el fracaso, la ansiedad,
quién no ha querido desertar
esconderse y llorar...
Mamá no cierres la puerta
por si algún día me ves volver
cansado, roto y sin fuerza
a refugiarme en la niñez...
Mamá no cierres la puerta
por si algún día me ves volver
cansado, roto y sin fuerza
a refugiarme en tu vejez...
No hay comentarios:
Publicar un comentario