Cuando sobre las dos
sonó el teléfono,
al escuchar tu voz
diciendo que habías vuelto,
hubo un rumor de mar
que se metió en mi cuerpo,
hubo felicidad...
y un solitario menos.
Lo que pudo tu voz
en aquellos momentos
cuando ya mi reloj
no me marcaba el tiempo;
"amor, qué tal estás"...
hubo un largo silencio,
una alegría más
y un solitario menos.
La sonrisa volvió
a resurgir de nuevo,
tu palabra fue el son
que despertó mi sueño;
"amor cómo te va,
amor, cuánto te quiero",
hubo una lágrima...
y un solitario menos.
La paloma volvió
de su mar y su cielo,
sé que trajo dolor
al dejar aquel viento,
pero mi amor, quizás,
te valdrá de consuelo,
el dolor, el amor...
y un solitario menos
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