Porque paras el tiempo cuando me miras
y sonríe la vida cuando sonríes,
porque enciendes la luz de la fantasía
cuando inventas un verso y me lo dices...
porque anda tu vida junto a mi vida
y está mi pensamiento donde tú estés,
porque aunque seas de otro, eres la mía,
la mujer de mi vida, tú, mi mujer.
Porque el Sol aparece cuando te mueves
y la sombra se oculta cuando me nombras,
porque cuando te beso sé lo que quieres,
porque cuando me besas todo me sobra,
porque sé que tu alma me pertenece,
porque sé que tu cuerpo calma mi sed,
porque ya no me importan otras mujeres
si tú eres la mía, tú, mi mujer.
Porque nos comprendemos con la mirada
y nos comunicamos con la poesía,
porque juntos andamos sendas extrañas
en un mundo de amor y melancolía...
porque yo soy el hombre que ayer te amaba
y hoy te sigo amando aún más que ayer,
porque sin ser amantes, apenas nada,
eres tú la que quiero, tú, mi mujer.
Porque aprendí a quererte estando lejos
y a conversar contigo sin tus palabras,
y a mirarte a los ojos, que no estuvieron
ni en las horas alegres ni en las amargas...
porque aquel amor joven, de los recuerdos,
se vistió en el Otoño de madurez,
porque tú eres la mía, la que yo quiero,
la mujer de mi vida, tú, mi mujer
viernes
TÚ, MI MUJER
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