Sobre un tierno suspiro, disparate
emergiendo al cobijo del acaso,
sembramos la semilla del fracaso
en medio de un florido escaparate.
Y en ti, con la premura de tu paso,
y en mí, sin la esperanza del rescate,
creció la circunstancia del empate
en gotas que colmaban cada vaso.
Seguro que aún alienta en tu mirada
promesas y ambiciones de escapada,
valor y calidad que no te encuentro;
si pe
rdemos la brújula y el centro,
es absurdo quedarse con la nada
por querer resolverlo desde dentro
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