domingo

COMO UN LOBO SOLITARIO


Amaneció una mañana,
cielo gris, manto nublado,
desde un lado de la cama
extendí, lento, mi brazo,
como es costumbre, buscaba
el calor de tu costado,
pero tu cuerpo no estaba,
vacía quedó mi mano.

Me levanté, era el alba
del sabor de los presagios,
la habitación destilaba
el olor de los santuarios,
ni aquí ni allá, por la casa,
un silencio autoritario
me confirmó que ahora estaba
como un lobo solitario.

Mi refugio son tus brazos
cuando vuelves y me abrazas
reaparece la esperanza
la ilusión la claridad...
mi refugio son tus besos
cuando vuelves y me besas
reaparece la promesa
del amor sin un final.

Abrí puertas y ventanas,
miré rincones y armarios,
el sillón donde escuchabas
algún cantante romántico,
buscando algo que hablara
de un motivo, de un pecado,
mas la razón era clara:
te marchaste por cansancio.

Y me eché aquella mañana
a la calle, como un rayo,
bajo la lluvia buscaba
tu imagen en el asfalto,
aprisionado en el ansia
de resolver mi calvario,
te busqué lleno de rabia
como un lobo solitario.

Mi refugio son tus brazos
cuando vuelves y me abrazas
reaparece la esperanza
la ilusión la claridad...
mi refugio son tus besos
cuando vuelves y me besas
reaparece la promesa
del amor sin un final.

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