domingo

VIEJO MADRID


Me gusta, en el verano,
pasear por esas calles viejas y oscuras, silenciosas y frías,
que pararon su reloj hace cien años.
Viejo Madrid
que mueres con
cada portal,
cada balcón,
sobre el ayer
de un mostrador
o en la escalera
de una pensión.
Sabes muy bien
que me perdí
bajo tu piel,
dentro de ti,
y que ahora soy
igual que tú,
frío y ausente,
triste y sin luz.
Hay aún viejas mujeres,
sentadas a la puerta de sus casas,
y un olor a pasado, a olvido, a soledad.
Dónde quedó
aquel clavel
que floreció
cuando una vez
eras de Sol,
eras gentil,
de primavera
de luz y Abril...
Viejo Madrid
dormido al son
de otra ciudad
que te venció,
que te apartó
y que quizá,
hoy o mañana
te matará.
Sabes muy bien
que me perdí
bajo tu piel,
dentro de ti,
y que ahora soy
igual que tú,
frío y ausente,
triste y sin luz...
Viejo Madrid
dormido al son
de otra ciudad
que te venció,
que te apartó
y que quizá,
hoy o mañana
te matará.


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