sábado

DEJO VOLAR SUS MANOS


Dejó volar sus manos sobre mí 
como vuelo rasante de gaviota, 
partido el corazón, el alma rota 
de tanta madrugada que perdí.  

Dejó volar sus manos gota a gota 
sobre mi cielo rojo carmesí, 
sinfonía de estío que sentí 
curando el corazón en cada nota.  

Dejó volar sus manos en el lecho, 
su cuerpo fue mi cuerpo en el estrecho 
camino del ocaso al pedestal;  

dejó volar sus manos y mi mal 
se durmió en su regazo, satisfecho, 
se murió entre sus pechos de cristal


No hay comentarios:

Publicar un comentario