Qué esperanzas bajamos esta noche
para hacer llevadera la aventura,
qué careta poner a la amargura
por borrar su estructura de fantoche.
Qué barniz colorido de ternura,
qué silencio callándole al reproche,
qué sarta de mentiras, qué derroche
de inventos por cambiar de vestidura.
Si todo sigue igual, si ese momento
que hicimos cada uno, nuestro mundo,
no puede derrumbarse en un segundo,
qué trágica derrota es este cuento,
qué impotente destino vagabundo
habitual del temor y el desaliento
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