lunes

MARCHAR POR EL ALAMBRE


Alrededor del ruido del enjambre 
con el peso liviano de la carga, 
hay momentos propensos a la amarga 
sensación de marchar por el alambre. 

 Por un hilo desnudo que se alarga 
encima del cemento y del estambre, 
ser muñeco de trapo y de raigambre 
esperando con miedo la descarga. 

 Pero quién nos eleva y quién nos hunde, 
pero quién nos humilla y nos confunde 
y nos pone un alambre por alfombra; 

qué espectáculo triste ver la sombra 
de uno mismo, temblando vacilante, 
esperando caer a cada instante

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