Si te volviste
imagen triste
reloj diario
por un rosario
de pequeñeces
tan rutinario...
si fue la casa
la tabla rasa
donde ponías
desde las ocho
todos los días
tu velatorio.
Cómo puedes extrañarte
que una noche se te fuera,
cómo puedes extrañarte
que buscase primaveras,
que aún corriese la esperanza
por la sangre de sus venas.
Y échate a correr
hombre, que se se escapa
tu razón de ser...
Y échate a correr
hombre, que se se escapa
tu razón de ser,
que ella no camina
por esa rutina,
y échate a correr
hombre, que se se escapa
tu razón de ser.
Si te crecieron
por todas partes
unos y ceros,
si tus palabras
a cuatro y basta
se redujeron...
si la costumbre
perdió el motivo
cegó la lumbre,
llamó al silencio
trajo al hastío,
hizo el Invierno.
Cómo puedes extrañarte
que una noche se te fuera,
cómo puedes extrañarte
que buscase primaveras,
que aún corriese la esperanza
por la sangre de sus venas.
Y échate a correr
hombre, que se se escapa
tu razón de ser...
Y échate a correr
hombre, que se se escapa
tu razón de ser,
que ella no camina
por esa rutina,
y échate a correr
hombre, que se se escapa
tu razón de ser,
y échate a correr
hombre, que se se escapa
tu razón de ser,
y échate a correr
hombre, que se se escapa
tu razón de ser
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