Acaso como mudos desertores
del tiempo, que los ata a otra vivencia,
me vuelven a buscar con insistencia
en fila, uno a uno, mis temores.
Y yo, igual que ayer, con la experiencia
de saber esconderme los errores,
volveré a desterrar los invasores
que intentan penetrar en mi conciencia.
Mas ellos son mi yo, forman mi vida
igual que hace camino cada paso,
igual que hace paisaje cada cumbre;
y sé que seguiremos la partida,
y sé que beberemos en el vaso
hasta que dolerá, como es costumbre
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