Se me rompió el alma
de pronto en mil pedazos,
se me borró el espacio
de aquella habitación...
yo vi un trozo de cielo
y a la vez, como un rayo,
una mano de hielo
me apretó el corazón.
Llevabas en el pelo
tan rubio, el Sol brillando,
tus ojos eran lagos,
tu boca, tentación;
no supe dónde estaba,
sólo supe que había
una mano muy fría
que apretó el corazón.
Hablabas, contestaba,
no sé qué me decías,
allí estaba mi vida
y enfrente estaba yo;
qué distinto pensarte,
soñarte, a verte viva,
el pasado, de un golpe,
en el alma estalló.
Y para que no vieras
en un hombre, una lágrima,
salí de aquella estancia
sin siquiera un adiós;
en la calle, la gente
no supo que, en silencio,
una mano de hielo
me partió el corazón
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