martes

HIJA DEL MAR

Te trajeron las crestas de las olas
la tarde en que la mar se puso brava
y llegaste desnuda y misteriosa
pisando las arenas de mi playa,
¡no te vuelvas al mar, pequeña diosa,
no te vuelvas al mar, hija del mar!

Inundaste los huecos de mis sombras
con el perfil azul de tu mirada,
desenredaste el hilo de mis cosas
con el suave calor de tu palabra,
¡no te vuelvas al mar, niña preciosa,
no te vuelvas al mar, hija del mar!

Y cogiendo mi mano, cariñosa,
anduvimos los dos la arena blanca,
nos subimos a lo alto de las rocas,
nos bajamos al fondo de las playas,
¡no te vuelvas al mar, maravillosa
criatura del mar, hija del mar!

Pero el mar te llamó y aquellas olas
reclamaron urgente tu mirada,
te arrancaron de mí y no hubo forma
de retener tu curpo ni tu alma...
te volviste a la mar, pequeña diosa,
te volviste a la mar, hija del mar.

Desde entonces te espero entre mis sombras
en el verde rincón de la esperanza,
por si acaso regresas de las olas
y devuelves el Sol a nuestra playa,
¡regresa de la mar, pequeña diosa,
regresa de la mar, hija del mar!

No hay comentarios:

Publicar un comentario