Volvieron a verme mis pájaros tristes,
esos que se marchan cuando no te pienso
y que puntualmente, sus alas humildes
me rozan la mente cuando te recuerdo.
Ahora que vuelves con fuerza a danzarme
entre las tinieblas de mis pensamientos,
hay puñales dulces que van a clavarse
en toda mi alma, por todo mi cuerpo.
Perdía el pasado distancia y penumbra,
tu imagen brotaba con pálido empeño,
¡cómo te quería!, con cuánta ternura
miraba tus ojos con el sentimiento.
Bebía tu alma, profunda y precisa
entre los claveles de tus labios tiernos;
te di lo más puro que tuve en la vida...
amores perdidos, amores eternos
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