sábado

UN POEMA SIN RIMA


No le creas a este poema sin rima,
en cambio, créele a mis manos
cuando en tu espalda van dejando cabos sueltos de cada uno de nuestros crímenes,
y a mis labios,
que le obsequian plegarias a los tuyos
y abiertos se entregan enteros a ti.

Créele a mi lengua,
que no hacía más que hibernar antes de tu llegada
y a mi voz,
que con cada caricia se quiebra y es incapaz de emitir más que sonidos toscos,
reflejando qué primitivo me ha vuelto tu aroma.

Créele a mis brazos,
cerrados, abiertos o expectantes,
temblando de cualquier modo
con tan sólo sentirte cerca...
y a mis ojos,
que ruegan por contemplarte,
despierta y dormida, con ropa o sin ella,
por indagar más allá de lo visible en el exterior,
en tu alma,
tal como tú me has hallado a mí.

Pero no le creas a estas letras
porque todo lo escrito puede borrarse
y todo lo dicho,
perderse.

Sin embargo,
mis manos y mis labios,
mi lengua y mi voz,
mis brazos y mis ojos,
así como el resto de mí,
aunque se gaste,
se seque
y se marchite,
siempre (que estés) te pertenecerá a ti.

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